¿Por qué nos preocupamos tanto por nuestro aspecto físico y no hacemos lo mismo con nuestra mente?
Moda, tendencia o conciencia, lo actual es llevar una vida más saludable; sin embargo, la mayoría lo enfocamos sólo a un aspecto físico dejando a un lado la importancia de mantener una mente sana.
El cuerpo, es un instrumento que nos permite realizar actividades laborales e interactuar con nuestro exterior, pero es la mente lo que nos permite un equilibrio anímico y, por consiguiente, una vida feliz.
Si la mente se enferma, el cuerpo también sufre; Este principio es válido de ambas maneras. Si el cuerpo está siendo afectado, la mente también sufre las consecuencias.
El cerebro es el órgano más complejo, y también es uno de los más importantes. Es por eso que mantenerlo saludable es fundamental, especialmente a medida que envejece. Incluso después de que tu cerebro alcanza la madurez, está cambiando. Se llama “plasticidad cerebral”, y eso se da mientras experimentamos el mundo, practicamos hábitos y aprendemos nueva información. Nuestro cerebro cambia, crecen nuevas conexiones y se reparan las estropeadas. No es hasta que nos hacemos mayores que los contratiempos comunes como perder las llaves u olvidarnos nombres de personas nos causan preocupación.
Entonces si cuando nuestro cuerpo envejece, nos salen arrugas, llega la temida barriguita o la celulitis le ponemos remedio, ¿por qué no también para nuestro cerebro?
Te damos algunas claves que seguro que ya estás poniendo en práctica:
1- Sigue una dieta saludable, por ejemplo la dieta mediterránea (productos ecológicos y sin procesar). Cada día es más fácil encontrar tiendas con alimentos sin procesar 100% ecos como Kinoa Tienda Sana
2- Controla el colesterol y la presión sanguínea.
3- Regula los niveles de azúcar en la sangre.
4- Deja de fumar.
5- Conviértete en una persona activa, practicando deporte regularmente.
6- Amplía capacidades cognitivas con un poco de entrenamiento.
Recuerda que es posible cambiar nuestra mentalidad creando nuevas conexiones, fortaleciendo el pensamiento y estableciendo prioridades. Hay que destacar que cada vez que pensamos estamos fabricando sustancias químicas. Los pensamientos negativos producen señales dañinas para el cuerpo. Piensa en negativo y la duda y la tristeza invadirán tu cuerpo, por el contrario imagina algo alegre o ríete con un chiste y te darás cuenta de que todo lo verás en positivo.
Y es que todo, completamente todo, está “en manos” del cerebro.
