En el post de hoy vamos a hablar sobre las cicatrices que podemos tener en nuestro abdomen tras una cesárea. Una histerectomía, o una abdominoplastia, y las que podamos tener a nivel perineal tras un desgarro o episiotomía tras un parto vaginal, son algunos de los ejemplos más comunes.
Son muchas las dudas que surgen respecto a esto tras someterse a una cesárea, algunas de las más frecuentes son si ¿hay que tratar la cicatriz? O ¿Cuándo puedo empezar a tratarla? Sin embargo, no todas sabéis qué relación puede tener con el suelo pélvico. Por eso, con esta entrada vamos a intentar aclarar varios conceptos para poder entender un poco más todo esto.
La cicatriz no es solamente lo que vemos por fuera
Cuando hablamos de una cesárea o de una cirugía abdominal por histerectomía por ejemplo, es necesario que sepamos que lo que vemos por fuera, es sólo la cicatriz de la última capa más superficial, la piel. Pero por debajo han tenido que abrir tejido adiposo, tejido fascial, músculo, peritoneo, pared uterina… y, por supuesto, ir cerrando y suturando estos tejidos.
Cuando hablamos de una cicatriz perineal, ya sea por un desgarro o una episiotomía, podemos tener distintos planos afectados, dependiendo del grado del desgarro, o de si la episiotomía viene también acompañada de un desgarro mayor. Con lo que podría verse afectada la piel y la mucosa vaginal, además de poder verse afectada la musculatura perineal, e incluso en grados más avanzados el esfínter anal externo y la mucosa anorrectal.
¿Qué pasa en mi cuerpo cuándo hay una herida?
Se va a poner en marcha la cascada de cicatrización, que está formada por cuatro fases: coagulación – inflamación – proliferación – maduración. Este proceso de cicatrización puede variar dependiendo de varios factores: tamaño y tipo de herida, si ha habido infección o no, localización y vascularización de la herida, la edad, la circulación sanguínea de cada persona o enfermedades de base, entre otros.
Hay una fase importante en este proceso en la que desde la Fisioterapia podemos ayudar y es la fase en la que las fibras de colágeno se reorganizan y el tejido se regenera. Influyendo directamente en la calidad de esa cicatriz y en su elasticidad y movilidad.
En muchas ocasiones, el colágeno puede organizarse de una manera desordenada, creando restricciones en el movimiento de los tejidos, lo que llamamos “adherencias”. Esto va a crear restricciones en el movimiento a nivel local de la cicatriz y de los tejidos subyacentes, así como a distancia pudiendo aparecer dolor en otras estructuras debido a esta falta de movilidad en la propia cicatriz.
Por ello es tan importante recuperar la movilidad y la elasticidad de la cicatriz y de los tejidos en torno a ella. Las cicatrices debemos de tratarlas SIEMPRE.
¿Qué otras dificultades nos encontramos en la cicatrización?
Tras una cesárea podemos tener cicatrices hipertróficas, queloides, atróficas… Pero es muy importante que tu cicatriz sea elástica e indolora.
Aunque visualmente tu cicatriz esté estéticamente bien, DEBE tratarse.
¿Cuándo empezar a tratar a cicatriz?
Es muy importante esperar a que la cicatriz esté cerrada para comenzar a tratarla.
En un primer momento, la autoexploración será fundamental. Debemos vigilar cómo está la cicatriz, cómo la siento y cómo nos encontramos.
Desde que la cicatriz está cerrada, podemos empezar a trabajarla desde la distancia (no sobre ella) con distintos estímulos: vibración, trabajo de sensibilidad con diferentes texturas, trabajo de respiraciones, tensión del tejido desde la distancia… Y siempre seguir observándola: ¿Qué color tiene? ¿Cuál es su temperatura? ¿Cuáles son nuestras sensaciones?
¿Qué podemos hacer desde la Fisioterapia?
Disponemos de distintas herramientas que nos van a ayudar a conseguir los objetivos buscados. Desde técnicas de terapia manual, uso de vibración, uso de ventosas, uso de la radiofrecuencia, hasta técnicas de estiramientos o movilidad, entre otras.
¿Puede afectar la cicatriz a mi suelo pélvico?
Sí, tanto si es una cicatriz abdominal como si es una cicatriz perineal, la musculatura del suelo pélvico puede verse afectada por la cicatriz de una cesárea.
Puede aparecer dolor pélvico, dolor en las relaciones sexuales por una hipertonía de la musculatura o una falta de movilidad, puede aparecer también un debilitamiento de la musculatura perineal…
Por ello, siempre es recomendable que valoremos el suelo pélvico cuando hay una cicatriz, ya sea abdominal o perineal.
No dudes en ponerte en manos de un fisioterapeuta especializado que te ayude en la recuperación de tu lesión. En Vitae contamos con un equipo de profesionales que están a tu disposición para ayudarte con el tratamiento de tu cicatriz y tu recuperación tras una cesárea.