La discopatía degenerativa es un proceso patológico muy común que afecta a los discos intervertebrales con el paso de los años. Muchas personas pueden padecer síntomas sin saber con precisión la causa, mientras que otras pueden descubrir en pruebas de imagen que tienen una discopatía pero no experimentan molestias evidentes. Esto es clave: no todas las discopatías degenerativas producen síntomas, pero debemos intentar trabajar para mejorar la funcionalidad de esa región para prevenirlos.
La evolución y el origen de la discopatía depende de múltiples factores, desde los antecedentes familiares hasta los hábitos diarios. En este post de Viate, fisioterapeutas en el Rincón de la Victoria queremos explicar qué es la discopatía, sus causas, los diferentes grados de afectación, los síntomas asociados, cómo se diagnostica y cuál debe ser en enfoque terapéutico para ser lo más efectivos posible y para mejorar la calidad de vida.
Qué es la discopatía
El disco intervertebral es una estructura con forma de disco ubicada entre las vértebras de la columna vertebral, cuya función principal es la de amortiguar los impactos y permitir el movimiento adecuado. Está compuesto por un núcleo gelatinoso en el centro, rodeado por un anillo fibroso muy resistente. Con el tiempo, estos discos pueden sufrir un desgaste progresivo, lo que se conoce como discopatía degenerativa.
Existen diferentes tipos de discopatías, clasificadas por el grado de afectación del disco. En este artículo nos centraremos en:
- Protrusión discal
- Hernia discal
- Discartrosis
Causas principales de la discopatía
La discopatía puede aparecer debido a múltiples factores, que pueden aparecer de forma individual o combinada. Hemos de tener en cuenta que mencionaremos algunos de ellos:
- Factores genéticos y antecedentes familiares: Algunas personas tienen una predisposición hereditaria a la degeneración discal, debido a su anatomía, la “calidad” del tejido o incluso hábitos aprendidos en el núcleo familiar.
- Trabajo repetitivo y posturas forzadas: Profesiones que implican movimientos repetitivos, levantamiento de peso o posturas mantenidas pueden acelerar el desgaste de los discos, sobre todo si mi cuerpo no tiene las capacidades para realizar esas actividades o se ejecutan de forma incorrecta.
- Sedentarismo y falta de ejercicio: Una musculatura débil en la espalda, mala movilidad articular, mala gestión funcional… pueden facilitar el desgaste progresivo.
- Mala alimentación e hidratación: La nutrición juega un papel clave en la salud del disco intervertebral, que necesita una hidratación adecuada y los nutrientes necesarios.
- Edad: Con el envejecimiento, los discos pierden su capacidad de retener agua, volviéndose más rígidos y propensos al deterioro.
Grados de la discopatía degenerativa
- Protrusión discal: Es el grado más leve, en el que el disco comienza a deformarse, pero sin que el núcleo pulposo se salga del anillo fibroso.
- Hernia discal: Se da cuando el núcleo pulposo atraviesa el anillo fibroso en el que se ha producido una fisura, pudiendo comprimir la médula o las raíces nerviosas. Tipos:
- Hernia contenida: El material del disco no ha salido por completo del anillo fibroso.
- Hernia extruida: Parte del material discal se ha desplazado fuera del disco.
- Hernia secuestrada: Fragmentos del disco se han desprendido y desplazado dentro del canal medular.
- Discartrosis: Fase avanzada de degeneración discal, con pérdida de altura del disco y formación de osteofitos que pueden afectar la movilidad y causar dolor crónico.
Síntomas de la discopatía
No todas las degeneraciones discales producen síntomas, ni todos los dolores en la columna están producidos por una discopatía. En caso de degeneración discal sintomática:
- Sin afectación nerviosa: Rigidez matutina, dolor localizado en la zona lumbar, molestias tras permanecer mucho tiempo sentado o de pie.
- Con afectación de raíz nerviosa: Hormigueo, debilidad muscular, dolor irradiado hacia las piernas (ciática).
- Con afectación de la médula espinal: Alteraciones en el control de esfínteres, debilidad severa en extremidades.
Esto también aplica a lesiones en la región cervical.
Diagnóstico de la discopatía degenerativa
El diagnóstico en la consulta de fisioterapia se basa en:
- Anamnesis: Recopilación de información sobre síntomas, hábitos y antecedentes.
- Exploración física: Test funcionales para evaluar movilidad, sensibilidad y fuerza muscular.
- Pruebas de imagen: La resonancia magnética permite visualizar el estado del disco y posibles afectaciones.
Tratamiento para la discopatía degenerativa
El tratamiento se divide en tres pilares fundamentales:
1. Control de síntomas
- Terapia manual: Movilizaciones y masajes para reducir espasmos y mejorar movilidad.
- INDIBA: Radiofrecuencia que ayuda a regenerar tejidos y reducir inflamación.
- Punción seca: Libera puntos gatillo musculares.
- Neuromodulación: Estimulación eléctrica para reducir la sensibilización y el dolor.
- Sistema Superinductivo: Campos magnéticos para aliviar el dolor y modular la actividad muscular.
- Neurodinamia: Movilización de nervios para mejorar su deslizamiento.
2. Readaptación funcional
- Ejercicio terapéutico: Fortalecimiento personalizado para estabilizar la columna.
- Entrenamiento de la movilidad: Recuperar amplitud de movimiento.
- Reeducación postural: Evitar posturas que generen sobrecarga.
3. Educación y autogestión
Es clave que el paciente entienda su patología y sepa cómo gestionarla. Se incluyen medidas domiciliarias como ejercicios, técnicas de relajación y hábitos protectores. Todo esto convierte el tratamiento en un proceso integral.
Cada caso debe abordarse de manera individualizada para lograr la mejor recuperación posible y permitir al paciente retomar sus actividades diarias sin limitaciones.