¿Se puede entrenar estando embarazada?
¡Sí, claramente sí! Es más, no sólo se puede sino que se debe para llevar un embarazo saludable.
Aún existen muchos miedos y mitos acerca de este tema, y es frecuente escuchar frases del tipo «deja, no te fuerces en tu estado» o «Quédate tranquila y descansa, que estás embarazada».
Y la realidad es que la ciencia nos dice que la mejor forma de vivir el embarazo es con un estilo de vida activo y en movimiento, y en muy pocos casos está realmente indicado el reposo (que nunca absoluto, mínimo deambular por la casa).
¿Y cuáles son esos beneficios?
Los beneficios del ejercicio son múltiples y afectan tanto a la madre como al bebé. Aquí os dejamos algunos ejemplos:
– Para la mamá:
- Mejora y mantiene los niveles de Condición Física
- Controla la subida excesiva de peso
- Reduce el riesgo de preeclampsia (Hipertensión en el embarazo)
- Reduce el riesgo de diabetes gestacional
- Reduce molestias musculoesqueléticas propias del embarazo (como la ciática o dolor lumbar)
- Reduce el riesgo de parto por cesárea o instrumentado
- Mejora la calidad del descanso y bienestar psicológico
- Mejora la recuperación postparto
– Para el bebé:
- Superior desarrollo psicomotor del feto
- Mejor maduración nerviosa
- Disminución de la frecuencia cardiaca fetal en reposo
- Mejora la oxigenación en la placenta
- Aumento de los niveles de líquido amniótico
- Aumento de las edades gestacionales, previniendo nacimientos prematuros
¿Cómo se entrena estando embarazada?
Obviamente, no todo vale, y aunque es imprescindible mantenerse activa, será necesario realizar adaptaciones tanto de objetivos, ejercicios e intensidades a la hora de entrenar. Siguiendo con las recomendaciones y guías de expertos en Ginecología y Obstetricia internacionales, en Mobilium-Vitae hacemos un abordaje integral, atendiendo a las necesidades de cada mujer y realizando las adaptaciones necesarias según el momento del embarazo. Para ello realizamos:
- Trabajo de movilidad general, para aliviar las posibles tensiones acumuladas en el cuello, columna y cintura.
- Trabajo de Fuerza general, para mantener o mejorar los niveles de fuerza previos al embarazo. Esto nos ayudará a mantener una mejor postura y que el cuerpo, sobretodo nuestros músculos, puedan gestionar mejor las nuevas posiciones y cargas que tienen que adquirir por los cambios que se producen en el cuerpo de la mujer, cómo por ejemplo el aumento de la curva lumbar(asociado a dolor lumbar) o las adaptaciones en la cadera(asociado a ciática o dolor en zona glútea).
- Trabajo Aeróbico, para mantener o mejorar la capacidad aeróbica durante todo el embarazo. Ésta se ve cada vez más limitada ya que al crecer el útero, presiona los órganos hacia arriba, dejándole menos espacios al movimiento de los pulmones y diafragma. A pesar de que es algo fisiológico y no podemos impedir que ocurra, debemos conseguir que la mamá tenga la mayor capacidad posible para su gran momento, su gran maratón: el parto.
- Trabajo Respiratorio, de Movilidad Pélvica y Meditación. Sobre todo a medida que se va acercando el momento del parto. Enseñar a la mamá a respirar,a mover su pelvis de distinta forma y con distintas posturas,a relajarse y conectar con su bebé ayudará a bajar los niveles de estrés en el momento del parto, favoreciendo la dilatación y todo su proceso.
- Trabajo de core y suelo pélvico integrado. Durante la realización de ejercicios respiratorios, aeróbicos y de fuerza, trabajamos de forma consciente la activación de suelo pélvico y musculatura abdominal. Super importante para evitar dolor lumbar y futuras complicaciones como una diástasis incompetente, pérdidas de orina, etc.
En resumen, siempre que tu médico no te indique lo contrario, la mejor manera de cuidar de tu bebé desde el principio es cuidarte a tí misma durante tu embarazo manteniéndote activa; y además te ayudará a tener una mejor recuperación tras el parto y será más fácil disfrutarasí de ambas etapas.