El esguince de tobillo, una de las lesiones más comunes, puede influenciar significativamente en la movilidad y calidad de vida de quienes lo experimentan. En esta entrada, abordaremos desde su definición hasta las fases del tratamiento fisioterapéutico, destacando la importancia de una intervención temprana. Con el objetivo de proporcionar información y orientación, exploraremos las distintas etapas de recuperación y los cuidados necesarios para una rehabilitación efectiva.
1. Concepto y mecanismo de acción
Esta patología afecta a los ligamentos laterales y/o mediales del tobillo que se insertan en diferentes huesos, tienen su origen en tibia o peroné y se insertan en astrágalo, calcáneo y escafoides. Estas estructuras se encargan de proporcionar estabilidad a nuestro tobillo.
Se produce generalmente cuando, tras una inestabilidad, el tobillo se tuerce bruscamente hacia la eversión (cuando el maleolo externo, saliente de la tibia, contacta con el suelo) o hacia la inversión (cuando el maleolo interno, saliente del peroné, contacta con el suelo). Este último suele ocurrir con menos frecuencia.
En el 90% de los casos suele producirse el esguince del Ligamento Lateral Externo, provocando una inestabilidad que lleva al pie a caer hacia externo (eversión) por debilidad de la musculatura peronea, produciéndose un estiramiento o desgarro de los ligamentos. Según cómo de grave haya sido el mecanismo de acción, tenemos diferentes grados de esguince.
2. Tipos de esguinces
Se clasifican en 3 grados dependiendo de la gravedad:
- Esguince de grado I: Se produce un estiramiento del ligamento sin desgarro significativo. No presenta edema y puede cursar con un poco de inflamación.
- Esguince de grado II: Se produce un desgarro parcial del ligamento con una moderada pérdida de función. En la mayoría de los casos se produce edema.
- Esguince de grado III: Se produce la rotura completa del ligamento. Como resultado, el paciente presenta una pérdida de función total y de estabilidad. Encontramos edema y hematoma que puede aparecer incluso extendido por otras zonas del pie.
3. Sintomatología del paciente
Los síntomas más comunes son el dolor inmediato, inflamación, hematoma (según el grado de afectación ligamentario), y dificultad para cargar peso sobre ese tobillo.
La movilidad y estabilidad de la articulación se ven comprometidas y la sensación de inestabilidad puede persistir durante la recuperación.
4. Tratamiento fisioterapéutico
En Vitae contamos con un gran equipo, tanto profesional como de maquinarias, para el diagnóstico y tratamiento de los esguinces de tobillo.
Hacemos una exploración física y ecográfica para el diagnóstico del esguince y el alcance de su gravedad, observando en él si el ligamento está o no roto y el alcance de la lesión, además de ver la magnitud del edema y posible hematoma.
Si corresponde, de manera ecográfica, también haremos parte del tratamiento, utilizando técnicas invasivas como neuromodulación o electrólisis.
1º Fase
En esta etapa nos centraremos en disminuir el dolor, bajar la inflamación y el edema, trabajar la movilidad si hay una pérdida de la misma y el tratamiento de la musculatura (si se ha visto alguna afectada). Para ello, podremos utilizar las siguientes técnicas, entre otras muchas:
- Terapia Manual.
- INDIBA.
- Neuromodulación.
- Drenaje manual.
- Kinesiotape.
- Sistema Súper Inductivo (SIS).
2º Fase
Una vez estabilizados los síntomas anteriores (sobre todo el dolor y la movilidad), empezaremos con ejercicios de fortalecimiento y estabilidad, recuperando la fuerza y propiocepción del tobillo.
Al mismo tiempo, podemos continuar aplicando las técnicas anteriormente descritas para seguir trabajando y eliminar síntomas residuales que puedan provocar un retraso en el avance del tratamiento.
3º Fase
Una vez eliminados el dolor y la inflamación, y teniendo un nivel de movilidad apto, se le presentará al paciente un programa de ejercicios enfocados a la prevención de los esguinces. Ejercicios funcionales y de equilibrio para restablecer la funcionalidad completa.
5. Consejos
Es importante que, en la medida de lo posible ante la aparición de un esguince, se acuda lo más rápido posible a un fisioterapeuta, siempre y cuando el alcance de la lesión no sea muy grave (mucho dolor, inflamación y edema), que en este caso se debe acudir a urgencias.
Es importante que, en la medida de lo posible ante la aparición de un esguince, se acuda lo más rápido posible a un fisioterapeuta, siempre y cuando el alcance de la lesión no sea muy grave (mucho dolor, inflamación y edema), que en este caso se debe acudir a urgencias.
En la mayoría de los esguinces que se produce esta inmovilización, provoca que tanto la musculatura como los ligamentos del tobillo no trabajen como es debido y tiendan a la debilidad y pérdida de sus funciones de estabilidad. Los últimos estudios comentan que a las 48h de inmovilización comienza el proceso de pérdida de musculatura.
Por lo tanto, un vendaje va a provocar una pérdida de la musculatura o pérdida de la funcionalidad de los ligamentos que a posteriori, en el tratamiento, va a afectar en los tiempos de recuperación, alargándolos notablemente.